La última niebla.
" Noche a noche oigo a lo lejos pasar todos los trenes. Veo en seguida el amanecer infiltrar, lentamente, en el cuarto, una luz sucia y triste. Oigo a las campanas del pueblo dar todas las horas, llamar a todas las misas, desde la misa de seis, adonde corren mi suegra y dos criadas viejas. Oigo el aliento acompasado de Daniel y su difícil despertar. Cuando él se incorpora en el lecho, cierro los ojos y finjo dormir.Durante el día no lloro. No puedo llorar. Escalofríos me empuñan de golpe, a cada segundo, para traspasarme de pies a cabeza con la rapidez de un relámpago. Tengo la sensación de vivir estremecida.¡Si pudiera enfermarme de verdad! Con todas mis fuerzas anhelo que una fiebre o algún dolor muy fuerte vengan a interponerse unos días entre mi duda y yo. Y me dije: Si olvidara, si olvidara todo; mi aventura, mi amor, mi tormento. Si me resignara a vivir como antes de mi viaje a la ciudad, tal vez recobraría la paz. "
María Luisa Bombal.
Comentarios
Ahora me parece tan lejano eso, no se si mi situación sea muy diferente a esos dias, mucho no cambió, pero es distinto ahora, no deseo sentirme enferma para uir de mi destino.
Esa idea es extremadamente femenina, la de querer morirse o estar enferma para evadir lo que no te hace feliz, no se si me parezca la mejor, mas bien me parece cobarde.
Besos!
Pero si te hizo sentir y emocionarte, entonces es Grande.
purocuento. Rubén García G