Mi querida Virginia, te he traicionado???
Qué habría hecho o dicho esta incansable feminista, esta mujer que exigía un cuarto propio para cada una de nosotras, en donde no fuera necesario un seudónimo para ser reconocida como un ser humano con profundidad; para no ser considerada como una una criatura que vendió su alma a cambio de un esposo y un bella cocina. Pensaba esto mientras veía el título de su novela en el piso del gimansio, en donde muchas van a dar la pelea contra los kilos y contra la estigmatización social que tiene ser una chica gorda de menos de 40 años. Al final, no sé cómo ella habría reaccionado al saber que su lucha por desenmarcar nuestra valía de pequeñas cosas superficiales, como, por ejemplo, los kilos, los estrógenos, la menarquía y la menopausia, en fin...de la naturaleza misma, se reducía a esto. Era como si la Señora Dalloway hubiera ido a ponerse en forma para que su fiesta resultara más exitosa; más femenina. Será que la señora Dalloway ha sucumbido a las necesidades creadas del tiempo en el que ...