Happiness...

Sólo sintió un puñetazo en su estómago. No supo si la aquejó el dolor, todo fue tan rápido, como un soplo caliente sobre sus entrañas.
Siempre supo que la felicidad no era necesariamente gozosa, sino que un espiral doloroso al que se descendía más profundo en la medida de cuánto de ella conquistaras. De momento iba a mitad de camino, tranquila, asumida, pues la tristeza que había sentido toda su vida se cambiaba a un dolor distinto a una escalera más iluminada, pero igual de misteriosa. Se movía con un arma en sus manos, de momento no la quemaba...
Brotes de colores comenzaban a salir de su cabello, iba floreciendo a medida que cruzaba puertas y estaciones dentro es esa dimensión oculta en donde los pies no eran necesarios para caminar. Todo era placentero, salvo la sensación de ardor en sus manos, de picazón incontrolable en los dedos.
Pasaba por lugares en donde la nieve era encarnada por pétalos de cerezos volando en círculos, formando pájaros de papel de alto vuelo, los que salían disparados al cielo al verse encandilados por la pólvora que iluminaba las pecas de sus manos.
Sabía que todo esto debía terminar en algún momento. Todo camino tiene algún final, de qué manera, era lo que no conocía. Se sentía tan plena y fue esa plenitud la que la hizo caer tanto que el camino comenzó a hacerse más pesado, el aire más contaminante, las hojas más pesadas. Esas aves formadas de blancos pétalos se transformaron en alimañas negras que olían sangre y la transportaban, podrida, en las plumas de sus alas.
Volvió a necesitar sus pies para caminar y las afiladas piedras cortaban sus plantas, como si quisieran entrar en su cuerpo para transformarla en una de ellas. Sabía que estaba llegando al final, la pólvora se materializó y esa arma que quemaba comenzó a tentarla.
Sus pecas se hacían oscuras, las flores en su cabello eran lazos que la ahogaban...cómo ardían su manos!!! sus dedos encontraron el camino perfecto de salida. BANG!!! todo terminó.

GISSE.

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